Cidegas: hubo marcha y audiencia, pero todo sigue igual

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(22/11/17) Este miércoles al mediodía se reunieron el delegado regional Javier Orsi, el gerente de la empresa Cidegas y el secretario general de SMATA acompañado por otros dirigentes mecánicos y de otros gremios. Primero realizaron una marcha con trescientas personas, ya que llegaron a Olavarría dirigentes, delegados y trabajadores de la Sexta Región del SMATA. Hay un atisbo de solución, pero parece tan lejana y tan débil que la desilusión envuelve a los 40 trabajadores que hace ya 42 días que están de paro en la planta del PIO l. Habrá una nueva audiencia el 13 de diciembre.

Se había anunciado que la movilización que estaba preparando el SMATA iba a ser multitudinaria, y más de trescientas personas estuvieron en esa marcha que se realizó desde la sede del sindicato mecánico (Alsina 2556) hasta la Delegación Regional Olavarría del Ministerio de Trabajo, donde se iba a realizar una audiencia para intentar encontrar una solución al serio y grave conflicto que atraviesan los 40 trabajadores de la empresa Cidegas (empresa que producía tubos de gas natural comprimido).

Ya van 42 días exacto de paro, con atrasos en el pago de haberes hasta de dos meses por parte de la empresa que está ubicada en la calle Los Ciruelos del Parque Industrial 1 y que tiene capitales checos, y que también acumula deudas con la ART (por lo que los empleados no tienen cobertura médica), con los servicios públicos y las cargas sociales, cifra que rondaría los 17 millones de pesos.

SMATA Olavarría tuvo, una vez más, el incondicional apoyo de las otras once seccionales que integran la Región Sexta del sindicato mecánico a nivel nacional. Llegaron desde La Pampa y de las otras diez ciudades bonaerenses: Azul, Tandil, Junín, Bahía Blanca, Pergamino, Luján, Mar del Plata, Trenque Lauquen, Chascomús y Tres Arroyos, que vinieron en combis, camionetas e inclusive colectivos.

A las 10.30 se concentraron en la sede de la calle Alsina y veinte minutos después comenzaron a sonar fuerte los bombos, tambores y redoblantes, con bocinas incluidas, para prepararse e ir hacia la Delegación Regional del Ministerio de Trabajo. A las 11.33 comenzaron a caminar, en medio de bengalas verdes, caminando por General Paz (a contramano del tránsito) hasta Lamadrid, de ahí a Coronel Suárez y luego se ubicaron frente al Ministerio, donde ya esperaban el delegado Javier Orsi, el representante legal de la ART, de apellido Moreira, y el secretario de Desarrollo Económico municipal Julio Valetutto.

En esa caminata, a puro bombo –que era seguida de cerca por la Policía Local, que iba dirigiendo el tránsito en las esquinas para desviar los automóviles- la gente de SMATA estuvo acompañada por otros gremios locales, como AOMA, SOECO y los de seguridad privada, así como políticos (César Valicenti, Einar Iguerategui, Germán Aramburu y Federico Aguilera), mientras que los municipales se sumaron en el Ministerio –adonde arribaron 11.45-, donde también se pudo ver a varios políticos que siguieron haciendo el aguante a la gente de SMATA.

Unos minutos antes de las 12 el secretario general de SMATA Olavarría, Claudio Molina, ingresó al despacho de Orsi junto con Javier Ayala (secretario gremial), Sebastián Hidalgo (secretario adjunto) y también secretarios generales mecánicos de las ciudades que vinieron a apoyarlo en esta marcha, mientras que también entraron para respaldar Alejandro Santillán (AOMA) y Miguel Arena (seguridad privada), y a las 12.15 se sumó Juan Sánchez, a cargo de La Casa del Trabajador.

La reunión duró hasta las 14, después de firmarse el acta correspondiente. Durante las tres horas, los bombos, tambores y redoblantes no dejaron de escucharse, ya que retumbaron permanentemente. Luego Valetutto dijo lo suyo, Moreira se fue rápidamente sin hacer declaraciones y finalmente Claudio Molina dio un amplio informe de la audiencia, mientras Javier Ayala hablaba con todos los trabajadores, quienes –enfundados con buzos y remeras verdes- regresaron hasta el sindicato en la calle Alsina y luego todos se juntaron a comer algo en el PIO l, en la planta de Cidegas, que lucía –al menos en ese sector- vacía. Tan vacía como las respuestas de sus dueños, que siguen mostrando un enorme desinterés y desidia, y un fuerte desentendimiento de sus dueños, amparados por una legislación que no exige tanto a los capitales extranjeros y que perjudica, como en este caso, a los trabajadores argentinos.

La lucha promete seguir cada vez más fuerte por parte de SMATA, el panorama no se ve para nada claro y Cidegas parece entrar en una agonía, en un marco donde los empleados son los que están pagando las consecuencias: sin dinero en sus bolsillos, con deudas que aumentan mes tras mes y con la dignidad destrozada. (Nota publicada en Diario El Popular, el jueves 23 de noviembre de 2017)

 

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