Continúa la crisis en Cidegas y Smata hace 8 días que cumple un paro total de actividades

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Después de la audiencia que los dirigentes del sindicato mecánico tuvieron en la Delegación Regional del Ministerio de Trabajo, el miércoles pasado, volvió a desatarse la crisis porque Cidegas aún debe dinero y, lo que es peor, no cumplió con la promesa de sus dirigentes de reconvertirse y encontrar una salida para mantener las fuentes de trabajo. El futuro es bastante oscuro desde el punto de vista laboral y los 28 trabajadores se encuentran en una dificilísima situación. Smata reclama una solución inmediata y la presencia del gobierno para, al menos, interiorizarse del grave problema.
Hoy (miércoles) se cumple el octavo día en que la dirigencia de Smata y los trabajadores de Cidegas están haciendo una acción directa en la empresa ubicada en el Parque Industrial 1, sobre la calle Los Ciruelos y que se dedica a la producción de tubos de gas natural comprimido (GNC), en virtud de la crítica situación que están viviendo sus empleados.
Es que Cidegas continúa en falta. Luego de la audiencia que se llevó a cabo el miércoles pasado en la Delegación Regional del Ministerio de Trabajo, en la que los dirigentes del sindicato mecánico con su secretario general Claudio Molina a la cabeza, se presentaron para exigir que se regularice la situación, nada ha cambiado. Salvo que Cidegas alcanzó a abonar la primera quincena de septiembre (en dos veces, la semana anterior), pero está debiendo la segunda quincena de ese mes y la primera de octubre.
De tal manera, Smata solicitó ante el delegado Javier Orsi que se haga un registro de los bienes que poseen los integrantes del directorio de Cidegas, para asegurar de alguna manera el crédito de los trabajadores. Pero como aún no hay solución respecto de la deuda es que hace ocho días que están llevando a cabo una acción directa en la empresa, mientras que Claudio Molina explicó más detalles de la situación:
“Lo que hoy nos toca vivir a todos los trabajadores de Cidegas es muy complejo. Como se sabe e inclusive se hizo de carácter público, ya que estuvieron todos los medios de Olavarría hace unos meses cuando estuvimos en la delegación Regional del Ministerio de Trabajo con todos los trabajadores reclamando la presencia de los directivos, para que nos orienten y nos informen sobre cuál era el destino de la empresa. El presidente de Cidegas manifestó que la empresa se iba a reconvertir; luego hubo algunos cambios en el directorio donde nombraron al actual gerente como presidente, que es Jesús Mauro Catalano, dejando el directorio de Cidegas SA conformado por gente de la Argentina” comenzó diciendo Claudio Molina, secretario general de Smata, respecto de los últimos acontecimientos que se están llevando a cabo en Cidegas.
“En ese momento se comprometieron a reconvertir la empresa para poder paliar esta situación difícil, por la que allí se originó nuestro reclamo. Iban a dar distintas ayudas financieras mientras tanto para reacomodar la empresa y mejorar nuestra situación laboral. Los trabajadores apostamos a la continuidad de la empresa, creímos en lo que nos dijeron y ahora estamos en una situación compleja; nos dimos cuenta que pareciera que todo hubiera sido un verso. A nuestro entender, ellos buscaron una persona que accediera a firmar como presidente del directorio, y la ayuda financiera llegó en su momento para cancelar lo adeudado, nada más, y ahora no tenemos materia prima, no percibimos los salarios en tiempo y forma, y tampoco contamos con la ART por falta de pago”, agregó el dirigente sindical mecánico.
“Los involucrados somos 28 más quienes integran la parte jerárquica, aunque ésta y los operarios afiliados al Sindicato la están pasando igual, es decir muy mal. La situación es triste. Vemos que a la empresa la están vaciando y todo se está direccionando en un solo sentido: vaciar la empresa Cidegas y quebrarla”, señaló.
“Nos sentimos mal, tristes, e inclusive sin respuesta de ningún sector político. Como sindicato venimos, desde hace dos años, luchando junto con los compañeros pero llega un momento en que la situación se hace insostenible, y los trabajadores están pasando necesidades, como la tiene un montón de gente aun teniendo trabajo, pero sin trabajo ya todo es más crítico. Hay compañeros que pidieron créditos y ahora no pueden pagarlos, algunos ya recibieron los avisos de corte de los servicios básicos, tienen amenazas de desalojo de la vivienda que alquilan, otros no tienen para darle de comer a su esposa y a sus hijos. Es una situación triste realmente, somos 28 desamparados; parece que somos nada para Olavarría e inclusive el gobierno municipal no nos llamó para ver cuál era la situación de la empresa y cómo podía, el menos, intervenir para encontrar una posible solución”, siguió diciendo Claudio Molina.
“Tuvimos mucha fuerza para llegar hasta acá, pero si no estuviésemos tan organizados como trabajadores y dirigentes esto hubiese terminado hace tiempo. Nos sentimos defraudados, obviamente, porque se apuesta a lo que un directivo vino a prometer cuando habló de reconversión, palabra que llegó con el cambio de este gobierno, pero en realidad el panorama es sumamente complejo. Desde el gremio hacemos lo que podemos y estamos preparados para luchar hasta el final, pero lamentablemente la tristeza es tan grande al ver la cara de nuestros compañeros que todo se hace muy difícil”, explicó Molina.
“Esto de Cidegas está mal, aunque muchos políticos dicen que el país está muy lindo. Pero nuestros compañeros dependen de este trabajo y el camino de la solución está casi cerrado, con un gobierno que nos da la espalda por lo que así todo es complicado. Me duele porque, inclusive en mi caso, salí de esta empresa. Antes, hace nueve años, eran tiempos en que se fabricaban 600 cilindros mensuales y llegamos a producir 3.000, no dábamos abasto y la empresa se agrandaba, invertía en maquinarias, proyectaba y sumaba operarios, pero ahora vemos que todo lo que está no sirve para nada. Como gremio vamos a luchar y pelear hasta las últimas consecuencias, pero cuando uno está tan solo se hace difícil llevarle una palabra de aliento a los compañeros”, siguió diciendo Molina.
“El objetivo de defender nuestros derechos es algo inquebrantable y soñamos con que esto cambie rápidamente, para ir a trabajar y cumplir con nuestras responsabilidades. Pero lamentablemente hoy tenemos que ver cómo hacemos para poder comer cada día. Pero la voz del pueblo nunca se calla y cuando el pueblo se da cuenta de que la está pasando mal, se expresa, lo dice y no hay justicia que tenga precio. No hay voces que se callen ante esta situación, por lo que en este sentido la sociedad va a tratar de buscar un nuevo rumbo político y económico, porque el trabajador no la pasa bien. Y a los que la están pasando bien les pido que dejen de mirarse el ombligo y que miren un poco más a su alrededor”, terminó diciendo Claudio Molina. (Nota publicada en Diario EL POPULAR, el miércoles 18 de octubre de 2017).

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